El amor por la tierra y su misión por sacar adelante al campo marcan la historia de Eduardo Castro en Punitaqui

La dirigencia social y el trabajo en el mundo rural se han transformado en la forma de vida de un campesino que dice haber nacido para ello.

Se trata de Eduardo Castro, pequeño productor de limones y usuario del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) del sector de Ajial de Quiles, comuna de Punitaqui, quien tiene en su corazón ambas pasiones gracias a la labor de su padre.

“Él era dirigente y criancero y yo de niño lo empecé a acompañar en sus tareas y ahí comenzó el cariño en esas materias. Yo llevo en la sangre esa idea de apoyar a los demás, es una tarea muy linda, pero a la vez difícil porque no todos pensamos igual y está bien, por eso mi idea es siempre demostrar mis pensamientos con hechos comprobados”, dice Eduardo.

Los inicios como dirigente surgen hace más de 20 años, cuando ocupó el puesto de presidente de la junta de vecinos de su sector. Luego, tras dejar el cargo asumió como representante legal de la Sociedad Agrícola de Ajial de Quiles, un lugar que durante 3 años (entre el 2018 y 2020) compatibilizó con su rol de Presidente del Comité de Agencia de Área (CADA) INDAP Ovalle, una oportunidad que le permitió estar en contacto con una gran cantidad de campesinos y campesinas de la provincia de Limarí.

CADA es una instancia de INDAP que tiene como objetivo fortalecer y consolidar la participación de productores silvoagropecuarios en el quehacer de la institución. Al respecto, Eduardo valora que este espacio le haya otorgado la posibilidad de trasmitir sus conocimientos a emprendedores de la ruralidad e indica que “me hace feliz ayudar porque quiero que la gente permanezca en el campo”.

La mejor decisión

En busca de un mejor vivir por un momento Castro pensó que alejarse del campo era la mejor opción y optó por dedicarse al rubro de la minería. “El año 2000 salí de casa para buscar nuevas oportunidades y no las encontré. Cuando regresé a mi hogar vi que uno de los terrenos que había comprado mi padre seguía sin producir, fue entonces cuando tomé la mejor decisión: me dediqué 100% a la tierra”, cuenta.

Actualmente, junto a los limones posee naranjas, duraznos, papas y colmenas de abejas, pero indica que tiene presente el deseo de incorporar hortalizas a su producción, una que desarrolla completamente con el uso de energías renovables no convencionales para la captura e impulsión del agua.

Respecto a la situación sanitaria existente, Eduardo cree que “con la pandemia que estamos viviendo se ha demostrado lo fundamental que es el campo para el mundo y que por lo mismo debemos seguir haciéndolo crecer y adecuándonos a los nuevos requerimientos. Para eso invito a las nuevas generaciones de campesinos a apoyar a sus pares, ayudándolos con el uso de la tecnología y otras materias afines”.

El Director Regional (S) de INDAP, Cristián Marín, aprecia los aportes y el trabajo que ha llevado a Eduardo a convertirse en un gran dirigente campesino, “porque vemos en él a una persona que aspira a los mismos deseos de la institución que tienen que ver con sacar al sector campesino adelante”, y hace hincapié en que “él nos contó que tras dejar la minería su emprendimiento lo inició y ha consolidado gracias a INDAP, como por ejemplo, a través del otorgamiento de un proyecto de riego tecnificado mediante nuestro Programa de Obras Menores de Riego (PROM)”.

A su vez el Seremi de Agricultura, Rodrigo Órdenes, señala que el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera sigue realizando una labor firme y constante por dar más oportunidades al sector rural, por eso “nos hace feliz como Ministerio de Agricultura el escuchar la historia de Eduardo, es grato saber el importante aporte que ha hecho nuestra cartera a su vida. Junto al apoyo clave de INDAP nos mencionó que el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) también ha sido parte fundamental en el área de la adquisición de conocimientos para mantención de ecosistemas”.

El dirigente campesino comercializa sus producciones en Ovalle, las que son destinadas para abastecer las ferias libres de la comuna de Copiapó.